En el segundo día del juicio oral contra el imputado por el asesinato de Kimberly Tabilo, cuyo cuerpo fue encontrado en la costanera en noviembre de 2012, las declaraciones de oficiales de la PDI fueron clave para conocer el 'método' con el que D.A.M.C. solía relacionarse con las adolescentes en Antofagasta.
Hasta el Tribunal Oral en lo Penal llegaron ayer funcionarios de la Brigada de Homicidios, quienes declararon en el caso de la menor de 16 años, quien murió tras ser asfixiada con el tirante de su mochila. El primero en declarar fue el comisario de Homicidios, Víctor Quintanilla.
El oficial dijo que las diligencias que terminaron con la detención del imputado duraron seis meses. Durante casi todo ese periodo, la PDI intervino la señal del teléfono celular de Kimberly, aparato que el acusado robó a su víctima.
Quintanilla contó que fue uno de los encargados de ingresar al domicilio de D.A.M.C. En el dormitorio encontraron tres cuadernos universitarios, los que contenían sólo nombres de mujeres y en su mayoría, menores.
'Los documentos detallaban nombres, edades y números de teléfono. El listado era desde niñas de 13 años hacia arriba', consignó el comisario en su declaración. En la habitación incluso había unos ocho celulares con seis chips (números telefónicos) diferentes.
Al momento de detenerlo en avenida Angamos, el acusado tenía en su bolsillo el chip de Kimberly, asegurando que 'lo usaba como protección'.
El subcomisario Augusto Vega fue otro de los detectives que investigó al imputado. Sostuvo que en una de las primeras conversaciones telefónicas que interceptaron, escucharon cómo llamaba a una menor de edad para ofrecerle $50 mil a cambio de sexo oral.
llamadas
'Logramos contactar a esta menor y nos dijo que hace tres años que este sujeto la llamaba y que manejaba mucha información de ella', precisó el subcomisario. Durante los meses que realizaron las escuchas, establecieron que los llamados de connotación sexual los realizaba de noche, y con el celular de la fallecida.
Pero el funcionario de la Brigada de Homicidios fue más allá y describió al imputado como un 'interrogador sutil'. Esto, porque en las tantas conversaciones que grabaron, notaron que utilizaba siempre los mismos 'métodos' para obtener información de las menores. 'Por ejemplo les preguntaba si se cuidaban para no quedar embarazadas con sus pololos. Con esto quería saber si se habían iniciado sexualmente', dijo Augusto Vega.
El policía manifestó que el grupo de menores que contactaba el investigado iba desde niñas que vivían en la zona norte, sectores vulnerables, hasta una que vivía en los Jardines del Sur, a la que ofreció $80 mil a cambio de sexo.
Vega señaló que en una ocasión utilizaron a una funcionaria de la PDI (haciéndose pasar por una menor) para que lo llamara y preguntara por un nombre, que D.A.M.C. dijo no conocer. Pero tras ello, él la llamó en reiteradas ocasiones.
También tuvieron acceso al perfil de Facebook con un nombre falso que usaba para contactar a las adolescentes. Tenía 200 contactos, la mayoría eran estudiantes y el sujeto tenía fotografías propias, pero nunca dejaba ver su rostro.
El fiscal del caso, Carlos Lillo, en la apertura del caso manifestó que 'solicitamos la pena de presidio perpetuo calificado. Ya que la prueba demostrará que el imputado le suministró Diazepam, la asfixió y abandonó el cuerpo'.