Innovando desde el más austral de los mundos
Esther Croudo Bitrán
Fue en 2012 cuando se volvió a hablar de Chile como la niña bonita de América Latina. Y en dicha oportunidad no era por el salmón, ni por el vino, ni siquiera por el cobre. Tampoco tenía relación con ser uno de los Jaguares de América -como alguna vez nos llamaron- por nuestro alto, aunque tremendamente desigual, crecimiento económico.
Lo que cautivaba era una de las políticas ícono de la administración Piñera, el programa Start-Up Chile de Corfo. Que nos valió la comparación con Silicon Valley por la revista The Economist y nos posicionó como un polo de innovación al cual acudían jóvenes de diversos países con la sola idea de emprender.
Hoy, dos años después y a cuatro de haberse iniciado, Start-Up Chile es anunciado por la Presidenta Michelle Bachelet como uno de los puntos claves de la Agenda de Productividad, Innovación y Crecimiento, asegurando de esta manera la continuidad del programa, eso sí, con cambios.
El programa, que cuenta al 2013 con 810 proyectos apoyados; de 69 países diferentes; de los cuales 259 han levantado una cifra cercana a los US$95 millones en capitales privados, sufrirá una reingeniería. Las pistas para dicha reingeniería surgen de un estudio de Start-Up Chile realizado en octubre pasado donde de un total de 579 proyectos iniciados entre el 2010 y el 2012, sólo un 19,6% desarrolló su negocio.
Con el objetivo de revertir esta cifra es que Corfo se ha propuesto apoyar proyectos que tengan un impacto más significativo en la economía nacional, proyectos de largo plazo, con un fuerte componente regional y potenciando el desarrollo de soluciones innovadoras en sectores específicos de nuestra economía.
Esta nueva mirada del programa abre una oportunidad para continuar fortaleciendo el ecosistema de nuestra Región de Antofagasta, toda vez que más emprendedores locales se vean motivados a integrar nuevos espacios regionales de innovación y mientras la Región a su vez, sea capaz de retener esos talentos y atraer emprendedores extranjeros.
Si unido a lo anterior, se pone el foco en proyectos ligados a los desafíos del país y en los cuales la Región tiene mucho que aportar, como aquellos relacionados con minería y energía, no me cabe duda que podremos generar desde Antofagasta emprendimientos de alto impacto, articulando además una plataforma de innovación que luego se expanda a los demás países del continente.