Las cicatrices en los cerros
Están ahí, imponentes, pero ahora tienen heridas de 'guerra'. Los cerros de Antofagasta están convertidos en un gigantesco pizarrón al aire libre con consignas de todas las formas y tamaños.
Estas cicatrices acompañan de norte a sur el cordón de la Cordillera de la Costa, la mayoría de ellas realizadas en la noche por jóvenes y que proliferan con preocupación durante los últimos meses.
Alrededor de 15 mensajes son parte de la nueva escenografía de la ciudad que contiene leyendas de equipos de fútbol, declaraciones de amor, una que otra frase ilegible y hasta pasajes bíblicos, quizás los más grandes y llamativos.
Todo ello entrega una imagen poco grata y limpia de la capital regional, razón más que suficiente para comprometer una respuesta más decidida de las autoridades municipales y de los propios ciudadanos para evitar que estas malas prácticas continúen en ascenso.
Es urgente que la ordenanza municipal opere con un radio de acción preciso para detectar y sancionar a los responsables de estos trazos poco acordes a la estética y que sólo quitan la majestuosidad a nuestros empinados cerros.
Es obvio que el fenómeno pasa por una falta de cultura monumental de sus autores, por lo que es necesario activar campañas que protejan la magia de nuestros macizos y ahuyentar a sus desconocidos protagonistas.
Quizás lo más preocupante es que estos rayados son mirados con indiferencia por gran parte de la comunidad, lo que da paso a que estas acciones sean vistas como algo común y hasta normal.
Gran error. Estas líneas blancas que desgarran los cerros no sólo afean a una ciudad que cada vez luce más imponente gracias a su desarrollo, sino también deja en claro la poca fiscalización que hay sobre el tema.
Lo primero es recuperar estos espacios, luego limpiarlos y lograr el compromiso de todos para que la majestuosidad de éstos no se transforme en un gigantesco panfleto al aire libre, tal cual está ocurriendo hasta hoy.