El senador Alejandro Guillier puso en el tapete una inquietud que ronda hace años en la Segunda Región con inversiones millonarias en la minería, ganancias a escala mundial por la producción de cobre y desarrollo inmobiliario asociado a esa industria, pero con desigualdades en lo público que no tienen relación a todas las cifras de su radiografía económica.

El parlamentario apunta también a otra verdad: el centralismo no sólo está en lo administrativo, sino también en la mentalidad de las élites del poder, que en cierta manera nos ven como una región productora potente, pero pocos reconocen sus altos niveles de contaminación y su elevado costo de la vida, muy por sobre la media nacional.

El problema entonces es político y por ello el senador enfatiza que llegó el momento de 'golpear la mesa' a las cúpulas de poder, ya que tienen que cambiar su visión sobre el norte y su gente, sobre todo por las inquietantes desigualdades que llevan consigo la industria minera (incluso en la forma en que sus ciudades están en desarrollo).

Sin embargo, otro punto queda más que claro en su análisis: sin liderazgos políticos o ciudadanos es imposible saltar hacia el cambio y buscar una simetría entre lo que aporta esta región y lo que recibe después desde el Estado. Aquí salta el concepto de 'golpear la mesa', pero con argumentos y una base de apoyo en todos quienes desean cambios (desde parlamentarios a alcaldes).

La ingeniería política ve sólo 600 mil electores en la zona, cifra que no desequilibra ninguna cuota de poder centralista. Sin embargo, la Región de Antofagasta necesita con urgencia un nuevo trato, sobre todo en la forma que planifican su desarrollo y cómo abordan sus problemas en vivienda, salud y educación.

El senador Guillier puso en el debate una inquietante realidad, que incluso sobrepasa a las autoridades de turno, ya que significa un cambio de mentalidad sobre qué queremos como región y desde allí hacerlo sentir en las esferas de poder. Un nuevo trato también con lo que somos como historia y futuro.

Un reciente informe de la OMS publicado en la prestigiosa revista British Medical Journal asegura que el alcohol fue el responsable de 3,3 millones de muertes en el año 2012 a nivel mundial lo que equivale a una muerte cada 10 segundos. Por otra parte la misma OMS ubica a nuestro país como el mayor consumidor de América Latina con un ingesta de 9.6 litros de alcohol puro per cápita.

Somos campeones en esto, lo que no hemos conseguido en ninguna actividad deportiva. Y entre las regiones Antofagasta aparece liderando el ránking. El alcohol es una droga legal a pesar de los altos costos humanos y sociales, pero además es sabido que es la puerta de entrada para el consumo de drogas más duras. Las últimas estadísticas muestran que el consumo de alcohol se inicia cada vez a edades más precoces, bordeando hoy día los 12 ó 13 años de vida.

Un drama, ya que esto sucede cuando los niños aún no completan su desarrollo cerebral, lo que ocurre alrededor de los 20 años por lo que están más expuestos a sufrir daños permanentes. Hay estudios que muestran que a igualdad de ingesta de alcohol los niveles en la sangre son más altos en los jóvenes y de la presencia de daño anatómico cerebral permanente en la zona del hipocampo lo que lleva a trastornos de la conducta, de la memoria y del aprendizaje.

Otra perjuicio del consumo de alcohol entre los jóvenes son los embarazos no deseados en donde la niña a pesar de todo sigue bebiendo, teniendo como consecuencia que el bebé nazca con el Síndrome Alcohólico Fetal. Esto porque el alcohol cruza libremente la placenta y ese niño tendrá menor peso de nacimiento, retraso mental, hiperactividad y malformaciones congénitas. Ni qué decir de haber consumo de otras drogas.

Hoy cualquier ciudadano luego de llenar una voluminosa carpeta municipal, la presentada al Concejo Municipal, donde la única alternativa del concejal es aprobar si cumple con toda la burocracia. Sin embargo, un concejal que se opone a una nueva patente de alcohol debe justificar su voto y si no lo hace se expone a ser demandado. Si, tal cual Ud. está leyendo. Es el mundo al revés. Debemos por lo tanto desarrollar cambios profundos, porque la ciudadanía lo exige y porque los niños que son lo más valioso de nuestra sociedad se lo merecen.