Hoy el lugar enfrenta un progresivo deterioro y se espera que en algún momento se pueda postular su refacción ante el Gobierno Regional.
La falta de áreas verdes y el poco cuidado de las que existen no sólo afecta la imagen ciudad, sino que también la calidad de vida de los antofagastinos, que han expresado a este ítem como su principal demanda.
El Parque Brasil es el "hito verde" más importante de Antofagasta; por lo pronto el único que tiene éxito garantizado, tanto por historia, como por estar diseñado para el uso de personas de todas las edades.
A lo largo de una centena de años, el espacio se ha consolidado como espacio habitacional y comercial, con la aparición de restaurantes en toda la extensión de las avenidas Carrera y O'Higgins, lo que es un atractor de gente y familias que siguen llegando al Parque y sus atractivos.
Lo malo de todo esto es que el sector sufre el progresivo deterioro de los años y la falta de inversión. Veredas destruidas, escaleras deterioradas, presencia de personas en situación de calle, árboles y prados en mal estado, falta de equipamiento y juegos, son parte del panorama que se observa a diario en el representativo sector de la capital regional.
Es difícil no reconocer que el Parque está en pésimas condiciones.
El asunto se hace más dramático cuando se da cuenta que Antofagasta tiene sólo 0,5 metros cuadrados (m2) de áreas verdes por habitante, según el Ministerio de Vivienda y Urbanismo. La cifra está muy por debajo de los 9 m2 per cápita que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Antofagasta ostenta un enorme déficit en esta materia, cuestión que es fundamental para mejorar la calidad de vida y ser capaces de atraer y consolidar población. Si no contamos con una ciudad amigable, será difícil romper con los prejuicios que se están cimentando de la ciudad.
Lo peor que nos puede ocurrir es la indolencia, tal cual sucede con la retreta de la Plaza Colón. La destrucción continúa frente a nuestros ojos y los de las autoridades que muy pasivas, poco o nada hacen por revertir el daño acumulado.
En concreto, tan fundamental como resolver los problemas del emblemático Parque Brasil, es erigir nuevos espacios públicos en varios otros puntos de la ciudad que hoy no tienen nada.
Aquí la ciudad está al debe y a esta altura parece que están las condiciones para lograrlo.