La solución no está a nivel regional, donde simplemente no hay recursos; las platas deben ir a buscarse a Santiago. Este gobierno debe entregarlas.
Antofagasta es una ciudad que sabe bien de errores que costaron muy caro por deficiencias, omisiones, malas gestiones y atrasos. Conviene recordarlo a propósito de los temores que está generando la próxima realización de Copa América.
El tradicional campeonato de fútbol continental se desarrollará en nuestro país en 2015, usando a ocho sedes. Naturalmente Antofagasta está -hasta el momento- entre ellas, por la calidad de la ciudad, el contar con un estadio de muy buen nivel y una infraestructura que le permite recibir variadas delegaciones de distintos países.
Antofagasta es el enclave más importante del Norte Grande y ese es un valor que se sobrepone al hecho de no ser un sitio "futbolizado".
Sin embargo, la inquietud está hoy instalada por una cuestión muy puntual. La Conmebol exige que cada ciudad tenga cuatro campos de entrenamiento de césped natural.
Antofagasta, como sabemos, no tiene ninguna y debe construirlas a todo evento con dineros públicos y potenciales aportes de privados.
Al hecho se suma la premura: deben estar finalizadas hacia fines de año, lo que tampoco es tan sencillo, pues expertos han citado que este tipo de campos demoran unos ocho meses en quedar listos, a lo que debemos sumar las licitaciones y adjudicaciones.
Pero definitivamente el factor crítico son los recursos: hoy no están a nivel regional y los compromisos asumidos por el gobierno nacional nunca han parecido del todo categóricos.
El tiempo pasa y los temores aumentan.
Con todo, parece obvio resumir al menos dos cosas. El Municipio debe ser más preciso al momento de solicitar los recursos y también ser capaz de movilizarlos. Es un hecho que las arcas locales están comprometidas y aunque estuvieran, no parece justo gastar tal magnitud, abandonando al resto de las comunas que tienen problemas más agudos.
La solución está, entonces, en Santiago, por ello es de esperar que la actual administración, antes de irse, entregue los montos requeridos.