El general (r) Manuel Contreras negó ayer que la Dirección de Inteligencia Nacional (Dina), que él lideró entre 1973 y 1977, torturara y violara los derechos humanos, como ha acreditado la justicia en decenas de casos por los que cumple una pena de 400 años de prisión en Punta Peuco.
"La Dina nunca torturó a nadie (...) Estaba prohibido todo tipo de torturas", afirmó el exmilitar en una entrevista a CNN Chile.
También negó que su organización lanzara a personas al mar, pues ella no tenía "botes ni buques ni naves" para eso.
Además, rechazó la existencia de detenidos desaparecidos. Dijo que los muertos "en enfrentamientos" que cayeron a manos de la Dina fueron entregados al Servicio Médico Legal, asegurando que hay más de mil de ellos enterrados en fosas comunas en el Cementerio General de Santiago. A su juicio, los magistrados han desechado esta información.
Contreras aseguró que nadie murió en un centro de detenciones de la institución. "Todas esas son falsedades de los marxistas", agregando que "gran parte" de los magistrados que han condenado a militares por violaciones a los derechos humanos adscriben a dicha ideología.
Para él, los supuestos torturados "son una tropa de mentirosos. Me dan pena" y agregó que "la tortura no es lícita. A mí no me gustaría que me torturaran".
Contreras desmintió que la expresidenta Michelle Bachelet y su madre, Angela Jeria, estuvieran detenidas en 1975 en Villa Grimaldi, en Peñalolén.
El exoficial afirmó que Augusto Pinochet le ordenó detenerlas porque estaban participando supuestamente en un proceso para asesinar a cuatro generales de la Fuerza Aérea de Chile, institución que integró el padre de la expresidenta.
Contreras aseguró que primero se opuso, pues a su juicio ello era un conflicto institucional que debía resolver directamente la FACh. Ante la insistencia de Pinochet, contó que las detuvo y la envió directamente a la Academia de Guerra. Tras una discusión con los jefes de ese organismo, relató que decidieron llevarlas detenida a un cuartel ubicado en las cercanías del cerro San Cristóbal, que habría sido "exactamente igual" a Villa Grimaldi. De ahí, según él, la "confusión".
Contreras explicó que su labor era proporcionar inteligencia para el Ejecutivo y que él daba cuenta de todos sus actos a Pinochet. Agregó que hasta el 11 de septiembre de 1973 había una "guerra", que se acabó ese mismo día con el exilio de los principales jerarcas de la izquierda. Añadió que ahí los "soldados" que quedaron de los grupos de izquierda iniciaron una "guerra de guerrillas", que él enfrentó.
"Me costó cuatro años pacificar este país", dijo, aunque luego matizó agregando que "el Presidente es el que responde (..) Yo no me siento líder de nada".
Contreras aseguró que con la Dina colaboraron 50.000 "voluntarios" que entregaban informaciones sobre el actuar de sus vecinos, pero agregó que los civiles que colaboraban en el régimen militar no tenían antecedentes sobre su actuar.
Agregó que el único político que lo ha visitado en prisión es su "amigo", el diputado UDI Jorge Ulloa, y advirtió que no morirá en la cárcel.
Cuestiona a Cheyre y a Rettig
Contreras criticó al ex comandante en jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, a quien calificó de "destructor del Ejército" y de "traicionar" a los suboficiales por el "nunca más" que realizó cuando dirigió el organismo. "Es un cobarde. Nunca ha confesado lo que hizo (durante el régimen militar). Hay muchos testigos", afirmó. El general (r) le restó validez al Informe Rettig, que documentó entre 1990 y 1991 decenas de miles de violaciones a los DD.HH. cometidas durante la dictadura. "Es una falsedad (...) El señor Rettig es un individuo de dudosa reputación para todo el país", añadió.