El otro Neftalí
"Millones, millones de estrellas... Soy multimillonario, solo en medio de la noche inmensa". Los versos son de un poeta nacido hace más de cien años, en el norte de Chile llamado Neftalí Agrella.
Neftalí pasó su adolescencia en Mejillones. Trabajó como oficial de fundidor y aprendiz de tornero mecánico. Allí, se adentra en la literatura; los obreros ingleses contratados por el FF.CC. Antofagasta-Bolivia le enseñan inglés y le hacen saber la existencia de Shelly y del autor de Romeo y Julieta.
En 1916, vive en Antofagasta que, al igual que Valparaíso, será un ámbito propicio para su obra. Escribe en periódicos, colabora en Cinema Social y participa en "El Barrio Latino" y en "Fígaro".
Leemos en Selva Lírica: "Bohemio recién llegado a la capital, forastero de una de las provincias del norte, y que después de deambular por nuestras calles, sin pan ni techo, encontró un albergue transitorio en la oficina de Los Diez y en el cenáculo artístico de Selva Lírica, para perderse poco después tal como había venido: misteriosamente".
En noviembre, 1920, embarcó para Estados Unidos. Llegó a Washington; conoció New York. Muy pronto, regresa al norte donde publica sus impresiones. Este quehacer fue interrumpido por razones de salud y decidió "recluirse un tiempo en su aldea de Mejillones".
En Selva Lírica lo clasifican entre los que "se yerguen como una promesa". Pero, la verdad es otra: Agrella ya era, pese a su juventud, un escritor hecho y derecho.
Trabajos suyos se publican en Argentina, Puerto Rico, España. Era respetado y reconocido entre los creadores, pues, veían en sus escritos a alguien que estaba al tanto de las últimas tendencias, que rompía tradiciones y ofrecía novedades (cultivó el ultraísmo y reconoce a Huidobro. Inspirado en él, escribió "Paisajes Verbales"). Quizás, el mayor aporte sea éste: fue el primer poeta chileno que cultivó el haikai, estrofa brevísima de tres versos y que traduce la filosofía de los pequeños seres y gentiles tan propia de Oriente.