La privatización del fútbol chileno
Hemos llegado a una paradoja casi absurda. Es más fácil ver un partido del Real Madrid, el Barcelona, o el fútbol inglés, que uno del CDA u otro club chileno.
Cualquier fanático del fútbol coincidirá en que ese espectáculo ha retrocedido en el número de asistentes a los estadios, fenómeno que puede explicarse en distintos factores. La calidad de las presentaciones, la violencia -y su apología- que se apoderó durante algunos años de tales recintos, las pocas comodidades ofrecidas, los altos precios y el avance de la televisión con una atractiva oferta mundial. Pero es curioso que mientras menos gente sigue a los clubes, el negocio se volviera más lucrativo. Nunca las instituciones tuvieron más recursos, fundamentalmente por el aporte del canal CDF y mejores administraciones, arribadas a propósito de las quiebras masivas en que cayeron todos los equipos en años recientes, incluyendo a Club de Deportes Antofagasta.
No obstante, la privatización del fútbol ha tenido sentidos que van incluso más allá de lo razonable. El juicio se entiende en la importancia y valor que tiene este deporte como catalizador social y cuyo mejor ejemplo es la Selección Chilena de Fútbol; a no dudar, uno de los pocos elementos que logra generar identidad nacional.
Entendiendo aquello resulta sorprendente que se adoptaran decisiones que terminan alejando el fútbol nacional de la ciudadanía a niveles extremos. Hoy sólo quienes pagan una alta suma pueden acceder a un espectáculo que es mucho más que una actividad privada.
No se trata de llegar a casos como el de Argentina y el "secuestro" que hizo ese gobierno, pero claramente se está cometiendo un error de largo plazo al alejar a la gente de los estadios y del seguimiento de la actividad al comercializar completamente esa relación.
La práctica nos dice que hoy tenemos más oportunidades de ver partidos de clubes como el Real Madrid, el Barcelona, Manchester United, el City, o la Juventus, que del CDA, Colo Colo o la Universidad de Chile.
¿Es eso bueno? Claramente no.
El fútbol es más que eso. Este deporte genera identidad nacional, regional y ciudadana. Cobreloa y Calama son un gran ejemplo que el CDA aún no ha conseguido, pero que podrían ser una realidad en caso de hacer las cosas bien.