Los Daud y su larga travesía para construir su vida en Chile
visionarios. Un comerciante esforzado dejó su tierra para echar raíces en el norte. Dueño de un gran empuje y valor, siempre se preocupó por ser un aporte y ayudar a sus vecinos.
Llegó a Chile en 1904. Alejandro Daud Abraham nació el 29 de abril de 1888 en Damasco, Siria, que en ese tiempo era Arabia.
Sin embargo, las revoluciones sociales y políticas, hicieron que esa nación dividida en varios estados no tuviera buenas relaciones comerciales.
Por lo mismo, muchas personas dedicadas al comercio decidieron salir del país en busca de nuevos horizontes.
Entre ellos había gente que se dedicaba a la crianza de ganado, a la empresa pesquera y al comercio en general.
Los hermanos de Alejandro; Sale, Ignacio y José salieron también desde Trípoli (Libia), para hacer un largo viaje con rumbo a Chile.
Pasaron por varios puertos del Mar Mediterráneo y luego el Océano Pacífico como Brasil y Argentina, donde vendieron las mercaderías que portaban. Así hicieron un capital para los negocios que posteriormente harían en Chile.
Cuando llegaron a Valparaíso comenzaron a llevar adelante la idea de establecerse en el norte de Chile, que por esa época era conocido por el auge de la explotación de minerales y la utilización de los puertos para desembarque y trasladado de salitre y diversas mercaderías.
Terrenos
Fue así que en 1906, Alejandro Daud llegó a Mejillones. Compró varios terrenos y se instaló con un gran negocio.
Tenía una panadería, bodegas de vino, vendía telas, materiales en una ferretería y contaba además con un almacén. Abastecía a las grandes empresas, a instituciones y a colegios.
En sus primeros años en Mejillones y con algunos integrantes de su familia que ya se habían establecido con su ayuda, logró transformarse en uno de los comerciantes más prominentes de la localidad, generando trabajo y buenas relaciones sociales.
Pese a ser extranjero y no saber muy bien el idioma español y no escribirlo, tenía muy buenas relaciones con sus vecinos, era muy querido.
Su familia relata que donó una de sus propiedades a la Escuela N° 20, que estaba ubicada en la calle Licura (hoy Almirante Latorre).
Diez años después conoció a quien sería su primera esposa. María Aravena.
Uno de sus tíos, Segundo Aravena fue quien construyó el altar de la Iglesia, que aún perdura.
Matrimonio
Se casaron en la parroquia Corazón de María. Como en aquellos tiempos no había electricidad y se alumbraba solamente con lámparas de carburo, llenaron de luces toda la calle Licura, desde la casa hasta la Iglesia, y muchas niñas vestidas de blanco arrojaron flores sobre una alfombra roja.
En esa época las calles de Mejillones eran de tierra y sólo tenían aceras de pino oregón.
Esa unión fue bendecida con la llegada de seis hijos. Amin, María, Elba, Benita, Carlos y Fresia. Ésta última falleció a los pocos meses de nacida.
María Aravena, modista y proveniente de Constitución, era una mujer muy culta, trabajadora, pero falleció tempranamente a las 48 años.
Hijos
Tiempo después Alejandro volvió a casarse. Su segunda esposa fue Margarita Astorga con quien tuvo tres hijos. Alejandro, Margarita y Mercedes.
Después de una intensa vida de esfuerzo y trabajo, Alejandro Daud falleció el 1 de agosto de 1952.
La historia familiar continuó con Elba Daud Aravena, nacida el 18 de abril de 1921.
La tercera hija de Alejandro, se casó con Zarko Yaksic Zuvic, nacido en Calama en 1914. Durante muchos años trabajó en el Ferrocarril. Elba trabajó como bibliotecaria.
El matrimonio tuvo tres hijos. Pedro, Miguel y Fuad. Elba y Zarko vivieron una hermosa historia de amor, ya que se conocían desde pequeños. Se enamoraron y se casaron.
Padres
Ella de padre árabe y madre chilena, y él de padre yugoslavo y madre italiana.
La familia de Zarko llegó desde Croacia, específicamente desde el puerto de Brac. Primero se establecieron en Bolivia en donde poseían minas de oro y plata.
Luego, con el auge del cobre algunos se vinieron a Chile, radicándose en Calama, donde crearon empresas.
Los otros hermanos siguieron con la vena familiar. Miguel era dueño del almacén "El Iquique" junto a Pedro.
Se instalaron en un local ubicado en calle Serrano con Licura. Sus descendientes como era de esperarse, siguieron con la misma tradición de esfuerzo y trabajo.
Profesionales en diversos rubros siguieron construyendo y siendo un aporte para Mejillones. La huella de Alejandro Daud permanece imborrable a pesar del paso del tiempo.
Su apellido es sinónimo de empuje, valor y amor por la patria donde formó su familia.